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08 enero 2010

Breve ensayo sobre mi educación

Sentado en aquel banco
Recibía extrañas lecciones
Cuyo fin – declarado abiertamente-
Era prepararme para la vida.
El entrenamiento fracasó, por suerte.
En parte porque los maestros
Me inspiraban
en orden creciente
los siguientes sentimientos:

1. Lástima
2. Desconfianza
3. Asco

En parte porque la vida
No tuvo la paciencia de esperar
A que terminaran las lecciones.
De los raros conocimientos adquiridos
durante aquella dichosa época
Me acuerdo especialmente de dos:
La tabla de precipitaciones pluviales
Del año 1973 y
La estructura molecular del ácido desoxirribonucleico
Cuya utilidad se redujo, si mal no recuerdo,
A ser el principal instrumento de aprobación
De las asignaturas de Geografía Física de Chile
Y Ciencias Naturales y Biología.
Pero mis maestros merecen una mención especial.
Entre ellos se contaban
Crueles dictadores
Arrogantes sinvergüenzas
Neuróticos perfeccionistas
Racistas, arribistas, clasistas, alcohólicos
Y bastardos de todas las especies,
De todas las denominaciones,
Credos
Y colores.
Su ocupación favorita parecía ser
La de humillar a los más débiles
Imponiéndose mediante un régimen del terror
Cuya violencia corrompía toda convivencia
La jauría en la que nos habían transformado
Husmeaba atenta a la menor señal
De debilidad para lanzarse sin misericordia
En un ataque masivo y devastador.
Los maestros alcohólicos y/o neuróticos
Solían ser nuestras presas favoritas.
Todavía me asombra haber aprendido el nombre
De todas las estaciones del metro de París
En medio de aquel caos formidable.
Las manos temblorosas de Monsieur Jobet
Su rostro sudoroso
Y sus ojos aterrorizados
Se me aparecen todavía en sueños
Repitiendo a veces:

Allons enfants de la Patrie
Le jour de gloire est arrivé
Contre nous de la tyrannie…

U otras:

La Défense, Pont de Neully, Les Sablons,
Porte Maillot, Argentine, Charles de Gaulle, Etoile, Champs Elysés…

Como entonces
Siento nauseas.

Y pensaba en Pinochet
Que era de origen francés
figurándome que él odiaba la Marsellesa como yo
pero acaso por motivos distintos
Me preguntaba si entendería el francés
Y que pensaría de aquel verso que habla de la tyrannie…

Pensaba en mi esmerada educación
Pensaba en la realidad
Trataba de conectar las cosas
En medio de aquel caos
Ante aquel hombre moribundo
Recibiendo nuestras dentelladas
Intentando estúpidamente una última sonrisa.

28 septiembre 2009

When we fight each other

When we fight each other we remain alone in the same room
We remain seatted on a chair close to an abysm
Looking at the clouds passing under our feet
High on our own rage
We deeply fall in an universe which, to the speed of light,
separates us
From the door we just opened yesterday
To spy each other
To know each other
To love each other.
We can´t hold our sights
We flee from our dreams,
From our promises
We fall from each other's arms
And we are for a moment less than nothing…
the freshness of the last morning we saw together
A solitary pole on the high roof where the flag was waving
just the moment before our war began
A shiver down my spine makes me aware of my misery
And I feel my whole life shaking
’Cause, for a moment, it is in us that
the world is the enemy of the world.

21 septiembre 2009

Si no soy yo

El Amor: “dar algo que no tienes a alguien que no es”
                                                                      J. Lacan

Si no soy yo
Quien deja estas huellas en la arena
Debo ser el mismo
Que me odia
E intenta traicionarme.
Sediento del peor sexo
que no deja más que un temblor en los ijares
caída libre en una madrugada de grajos
escoltándome hasta mi antigua madriguera
Donde habría sido apenas un resplandor entre las sombras
Soñando un sueño en que no era
Mientras la arena se acumulaba en las cornisas
Y ante mi puerta a la que nadie había tocado durante los últimos diez años,
Pero que no supo detenerme
Cuando he sospechado que estabas en alguna parte del futuro
En algún balcón lejano
Entre cenefas coloridas, entre raudales de flores
Entre cientos de feas emociones
Surgiendo del aire extravagante
De la transparencia misma
En que de pronto eras
Tan distinta
Y luminosa.
Y ya caído en el futuro
Ya prendido en ti
Asomándome
Con una timidez desconocida
Con pies descalzos
Con desnudez
Y deseo
Alcanzando aquello que no eras sin mí
Encontrándome en aquello que nunca habría sido
Sin ti.

24 agosto 2009

En ti se hallan las grandes praderas



En ti se hallan las grandes praderas que un día atravesé volando
En ti un pez dormido que sueña tu nombre
Y nos despierta
Una voz nueva y secreta
en ti
El camino que nunca tomábamos
El cielo abierto y angustioso
La lluvia demorándose en el prado
El polvo suspendido en el viento
El silencio antes de partir
En ti
Todo en ti
Los universos que exploré inconsciente
Los cuartos que dejé llorando
Las puertas que golpeé desfalleciente
Los rótulos que cambié para abaratar la esperanza
Se hallan ahora en ti
Están sin duda en ti
Y basta abrir la puerta
Para que los ojos se llenen de los signos
De ti
De suaves animales descansando en tu pecho
De intensas ceremonias en que precipitarnos sin remedio
Sabiendo que en ti
La luz se empeñará sin pedirnos nada
Sin prometernos nada
Dejándonos desnudos
Abrazándonos.

11 agosto 2009

Miedo



Miedo de los acantilados donde el viento se debate
armándose desde su propia nada
miedo de unos ojos que me ven sin que los vea
miedo de un ver ausente de ojos
miedo de una ceguera en que sólo tú eres nítida y distinta
miedo de mi mano en otra mano y otro camino y otro cielo
miedo de mi nombre
desconocido en mí
sediento en mí
amado y terminado en su plato lujoso.
Miedo amoroso y manso en el bajío
huyendo entre la cerca
saltando el arroyo
comenzando más allá otro camino
una nueva oración cuyo sentido
nuevo y solitario
dulce y soñoliento
ardiente y solapado
me irrita los ijares
la palma el párpado caído
todo cuanto era sin mí
cuanto sin mí seguirá siendo
sin sentirme
sin odiarme
sin llamarme
sin decirme otra vez
sus palabras secretas, sus cáscaras, sus restos
su voluntad de significados no encontrados
sus sospechosos sentidos trascendentes
mamados de una piedra sin tiempo
madre recta, rigurosa, milenaria
insensible a todo sano propósito
sobre todo recta
sobre todo pura
con esa pureza que me punza los vacíos pabellones
Miedo de echar mi suerte
miedo en el billete sin destino
miedo en un one way tan transitado
miedo que toca a la puerta envuelto
en el rebozo de otros años
miedo bajo la planta de mi pie que no me lleva
miedo en que mis lágrimas me borran
miedo en que se graban mis deseos
miedo en una pompa de jabón
en el exacto segundo
en el que fue.
Pompa que no es
que no será
por un par de eternidades.
Miedo en las banderas de tu batallón
miedo en las temblorosas carabinas
en la ración de agua
que nunca has de beber
en la oscuridad en que nos desvaneceremos
gritando por la patria
gritando más modestamente
por nosotros
cuando "después" sea una palabra sin sentido.

10 abril 2009

Clarabella bajo la lluvia

“Y en otras aguas oscuras recuerdas esos labios
Incompatibles
Con los tuyos, irreales
El beso glamoroso de la imagen que te saluda
Aún más joven que desnuda
Al otro lado, veías como se espejeaban tus deseos
Y ya no se trataba nada más que de ti”

Hans Schuster

Cuando aquel paraguas blanco
Cedió bajo la lluvia
Y el viento terminó por arrebatárselo
Arrojándolo a las aguas inmundas del canal,
Fue difícil saber si lloraba.
- La historia está llena de momentos como este.-
¿Había lágrimas corriendo por su rostro aquella tarde
O era sólo la lluvia implacable?
Aunque, después de todo, las lágrimas contienen un 85% de agua.
El resto, pequeñas cantidades de glucosa,
Ciertas sales minerales como el sodio y el potasio
Y algunas proteínas, de las cuales quizás la más interesante
Sea la lisozima que tiene propiedades antisépticas.
De haber estado a su lado
Tal vez hubiera inspeccionado su rostro
Y distinguido la forma de las gotas.
Las de lluvia, pequeñas esferas redondas
De entre 0,5 a 6, 5 milímetros de diámetro (los goterones)
Y las de lágrimas, con su característica forma oval,
Redonda abajo y puntiaguda arriba.
Pero estaba lejos de ella aquella tarde.
Sin embargo, fue la lluvia
Y no sus lágrimas,
La que empapó completamente
El poliéster o el percal de su grácil vestido
El perlón, la viscosa o el satén de sus sostenes
La trevira, la muselina o el prolén de sus calzones.
Transparentando su cuerpo maravilloso
Adhiriéndose a ella como una nueva piel de polímeros de poliestileno
Y yo no estaba allí
Para ofrecerle mi humilde pañuelo de tocuyo
O cubrirle con mi paraguas de amianto
Lo cual acaso haya sido lo mejor
Porque una serie de desórdenes
Emocionales,
Nerviosos,
Hormonales
Me habrían transformado en un criminal,
Un ser obsceno,
Estremecido por instintos primitivos
Incapaz de respetar su fragilidad
Su tierno desamparo ante los elementos
comprendiendo vagamente que yo
Y aquella desaforada lluvia
Éramos parte del mismo mal.
En mí, apenas una gota
De aquel veneno amargo y seductor
Pero poseedor de la misma fuerza devastadora.
(Confieso mi maldad ante los dioses de la nada.)
Sin pañuelo
Ni paraguas
Ni presencia
En la escena del diluvio
Provisto apenas de un ojo telemétrico
A una distancia de varias canchas de fútbol
He visto la maldad del viento y la lluvia
Al despojarla.
Quizás yo sea un tipo raro,
Sin ser omnisciente
A veces indirecto,
Dudo de mi propia existencia
Probablemente tan vulgar como la vuestra.
Pero aquel paraguas descoyuntado e inservible
Rescatado por mí de las contaminadas aguas del canal
Colgando de una viga como un murciélago albino
Activa en mí ciertos insondables mecanismos del deseo
Y fatalmente
Termino siempre por llorar.

14 septiembre 2008

Una o dos vidas atrás

Una o dos vidas atrás
flotábamos en ese turbio amor
cosmonautas en la cápsula
que arrendábamos por dos sucios billetes de a cien
de cabeza en el ancho panorama que se abría ante nosotros
despreciando el punto de fuga
que nuestros mayores señalaban con temor.
Escuchábamos en cambio a las ratas
que roían despreocupadas en el entretecho
sabiendo que ningún mal les vendría de nosotros
y a veces mientras trataba inútilmente de corregir el timón
escuchaba aquellas sórdidas rancheras
brotando de tu boca bella y santa
y se me erizaban los cabellos
y toda lógica se desvanecía en el aire enrarecido
que compartíamos.
Una o dos vidas después
Y luego de todo lo ocurrido
a bordo de aquel cuarto que se deplazaba entre inviernos estelares
arribamos a un planeta en que la vida
(la nuestra)
no era ya posible.
La ciudad proclamaba a sus héroes
y ni tú ni yo figuramos en la nómina
ni éramos los hijos predilectos de papá.
Una o dos vidas después
tú ya no estás
o prefieres una silla en la rocosa superficie de un asteroide perdido
y está bien.
Yo sólo cierro la escotilla de este cuarto
Y me duermo entre las cartas que me gritan
tu falso amor maravilloso
el antiguo rumbo que extravié.

31 marzo 2007

Debería reir

Debería reir
ante la boca del lobo;
pelar los dientes
en señal de confianza
y descender a las entrañas
del miedo.
Husmear tu nombre
tan largamente perdido,
aflojar el lazo del cuello,
quitarme los negros zapatos
y sentir la frescura de la piedra
acariciándome la piel.
¿Qué es pues el miedo
cuando ya el veneno hizo su efecto?
Y la lámpara disminuye su voltaje
mientras zumba como un inecto.
Debería por lo menos sonreir
para comprobar mi existencia.
Enviar algunas cartas
expresando mis más nobles sentimientos,
aquellos que tuve alguna vez
en otra vida.
Pero si el azogue no se empaña
con mi aliento,
debería aprender a levitar
y a no sentir
este agudo amor
en alguna parte
de lo que ha sido el alma.
Este amor que me fulmina
como un rayo
dispersándome
en millones de partículas
de felicidad.
(Junio 11, 2005. River Road, OR)

28 marzo 2007

Mar


oleaje que me precipita
hacia un estrépito pasado,
ímpetu de sal que atraviesa mi cuerpo
hasta los abandonados arrecifes
del otro que soy
y que ignoro.
Mar espeso
donde sufren las palabras
que no he dicho,
la substancia
de un hábito tan antiguo
que temo recordarlo,
la raíz de una emoción
cuya faz huidiza
se me escapa entre tu multitud.
Mar, vengo a tus escombros
en busca del secreto
la inútil carta de los dioses
Y siempre olvido
que entre las cosas que arrojas a la playa
no hay respuestas
sino espuma,
blanca espuma que sabe
a un único olvido
que besa mis pies.

A bordo de un viejo vapor

A  la memoria de Jorge Torres   Del pasado ascendía como niebla el alma del río   Gunnar  Ekelöf   C on   el p...