Siempre me oculto para llorar
en habitaciones privadas si es posible.
en el ropero entre los trajes de mis padres.
tras los rododendros y los rosales
de la quinta de mis abuelos.
cerca de la via ferrea después de saludar a los pasajeros del tren rápido.
herido entre las zarzamoras.
en medio de un bosque poblado de tarántulas y chucaos.
en el baño del colegio durante la clase de química.
encaramado en el guindo que hay en el patio de mi casa.
durante la primera guardia
mientras el soldado Mayorga, mi compañero, duerme plácidamente.
al manejar tarde a casa después del trabajo.
apoyando la cara contra la gélida ventanilla del bus
de vuelta a la ciudad en la que tú ya no vives.
en mi departamento vacío entre los vapores de la pintura fresca
justo antes de entregar las llaves porque me voy para siempre.
en mi oficina de Esslinger Hall a las tres de la mañana
mientras te escribo un email que nunca responderás.
mientras camino solo a medianoche por Sutton Square
hacia East End sin saber qué diablos hacer.
sin saber por qué para qué cuándo dónde.
lloro.
y escondo de otros animales
mis lágrimas indecentes.
inexplicables tal vez pero quemantes como brasas.
y sólo me gustaría saber
si ésto tiene alguna solución
o ya es muy tarde.
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me dio penita
ResponderBorrar"mientras te escribo un email que nunca responderás."