18 agosto 2006

Poemas antiguos

Estos poemas fueron escritos en algún momento de la primavera del año 1976 del siglo pasado, siendo yo un muchacho de 17 años. Son, ciertamente mis primeros poemas. Con este conjunto, que aquí no está completo, al año siguiente saqué una mención, junto a Clemente Riedemann, en el Concurso de la Semana Valdiviana. El primer premio lo obtuvo un estudiante de Castellano de apellido Báez con un trabajo llamado "Material de demolición". Se dice que algunos de estos textos fueron posteriormente publicados en el suplemento literario del El Mercurio. Si alguna vez tuviese el tiempo y la paciencia, supongo que debría ir a la Biblioteca Nacional de Chile para comprobarlo. Mi tío Francisco, que vive en el Paraguay desde antes del golpe, me aseguró una vez haberlos leído en un ejemplar de Artes y Letras en la legación chilena en Asunción.
Le creo.



GESTO EN SOL MAYOR
1

Estoy en los suburbios de mi mente
Tal vez porque visto la penumbra
Que ayer me regalaste.
Miro la mierda en las cornizas
Y en la destrucción que ofrezco a los turistas
Pongo un soplo de belleza inenarrable.
Tomo el cuchillo
Lo hundo en el pudor de la mantequilla
Lo esparzo con rudeza sobre el pan
(un pan desacostumbradamente huraño)
Y lo deposito con dulzura
Entre el viril ejército de mis dientes.
Ya satisfecho
Desaparezco
Con una carcajada.

2

Flor que vives de noche
Flor que sufres por mí
Flor apetecible
Flor monopeduncular
¡Llora!
Así tendrás hojas de un lujo exótico
Crearás algo tremendamente bello:
Una lágrima.
No todos son capaces
De hacer un poema tan perfecto,
Tan poderoso e inhumano.
A nosotros se nos prohibe llorar…


3

Yo soy yo
El mismo que me presentaron
Cierta tarde bajo una estrella en bancarrota
Yo soy yo
Y no ansío ser un gusano más pequeño
Ni quiero ver más soles de los que pueda digerir
Ni deseo acostarme con nadie que no sea yo
Yo soy él
Semejante al que dormía bajo el aire
Aquella tarde añeja
Vacía de estertores
Yo soy él
De quien hablaban
En el antiguo y futuro testamento
Bebí junto a Yavéh durante aquellas tardes
Perfectamente vácuas
Alrededor de 100 botellas de cocacola
Y engullí sin amedrentarme
Más de 30 hot dogs
Dejándolo asombrado
Yo soy yo
Efluvio incontenible
Yo soy yo
Indefinible
Yo
Mi
Él.

4.

Deambulo en el abismo
Y miro con fiereza
La huelga de los astros
Todo está yerto, invisible y yerto
Mis manos se han autoatado
A mis espaldas.
He quedado abandonado en la inmortalidad
He persistido a las estrellas
Tan intraducible como el silencio
Sólo yo conservo la luz, la tierra
Y la fórmula del hombre
En alguna caverna abstrusa de mi alma
Sólo yo que he tragado el universo
Soy responsable de este todo
Que es nada.

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