06 abril 2008

A orillas del Rubicón

Alea iacta est

Ha pasado el tiempo, mentimos.
Es una forma de decir
que estamos más cerca que nunca
de la muerte,
que, a su vez, resulta otra forma
de mentar lo que ignoramos.
Todo se reduce a
aproximaciones zigzagueantes
en la nada del papel
donde desparramamos las palabras
que siempre tendrán asegurado
al menos un sentido,
caigan donde caigan,
le den a quien le den.
Especialmente porque no hemos dejado
de comportarnos como idiotas
y, peor aún,
de complacernos en ello.
Por eso, cada vez que abres la boca, Catón,
y más aún,
cuando coges un bolígrafo
o aporreas tu teclado,
quisiera reírme a carcajadas
pero soy demasiado civilizado para ello.
Por otra parte,
no quisiera comenzar una guerra;
no antes de tener completa
mi colección de F16s.

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