Ya que he decidido ignorar
las siniestras huellas del destino
quisiera recuperar al menos
el don de las lágrimas.
Y mientras espero el autobus
que ha de internarme por barrios
y plazoletas delirantes,
sentir el dolor fluyendo
como una esperma cristalina e infecunda.
Todavía hay aire suficiente
entre el narcotizante hedor de la gasolina
y las partículas de plomo
suspendidas -sabrá el demonio cómo-
en la atmósfera.
La atmósfera de esta pasión
que es también un veneno
en que flotamos amoratados,
abiertos los ojos inútiles,
por el sólo capricho de estar vivos;
dolientes y orgullosos
como un cardo entre las vías
del tren expreso a la nostalgia.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
A bordo de un viejo vapor
A la memoria de Jorge Torres Del pasado ascendía como niebla el alma del río Gunnar Ekelöf C on el p...
-
No puedo nombrar el “Café Paula” sin que se me vengan a la cabeza, en oleadas incesantes, diversos nombres que el pudor o el miedo me obli...
-
si estás clínicamente muerto esto podrá parecerte familiar unas paredes profundamente negras los frenazos de un coche en una curva lejana lo...
-
For no reason it came to my mind the holy mouth of my mom begging to me 'to watch my language' it wasn't a dream...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario