“Ya no podemos realmente estar de acuerdo: tiemblo
pero es en nosotros que el mundo es enemigo del mundo”
Pier Paolo Pasollini
La ciudad se disuelve
y pronto
no será más que un tenue resplandor
al que asirnos en los días de cordura.
Cadáveres soñando en sus cunas de mimbre
en medio de los escombros
ajenos a la muerte que nos mece con dulzura.
El río que daba a mi habitación
carcome los cimientos.
Libera mis secretos,
objetos vagamente metálicos u orgánicos
que curan momentáneamente la locura.
Mientras
una nueva generación estrena sus alas
bajo la mirada atenta de Dios Padre.
Pronto saltaran desde la azotea
permitiendo que los más hábiles
remonten el vuelo.
Temblor de las aguas sedientas en tus ojos.
aguardando la sacra señal
de una linterna eléctrica
en medio de la niebla.
Nada diríamos.
Gastadas las palabras
que en otra vida nos unieron.
Silencio
que piadosamente nos ampara.
Flores salinas del oleaje,
pájaros abiertos
La marea borra nuestras huellas de la playa
- ni muchas ni profundas-
quiera Dios que lo haga bien.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario